Recuerdo que cuando era chico le preguntaba a mis viejos sobre símbolos matemáticos como el porcentaje, que veía en la calculadora, y que no sabía para qué mierda servían. Ellos me explicaban pero estaba muy lejos de captar la idea redonda.
Después vinieron las ciencias fácticas, y me empecé a interesar por la química, la física, la astronomía, etc. Ahí el terreno tocaba más lo real, así que me sentí cómodo. Sin embargo, en mi casa el único material que había sobre los temas que me interesaban eran libracos de la facultad, y el famoso Encarta. Los leía, no entendía un choto, miraba vídeos, imágenes... Me hice un incipiente conocimiento general agarrado de los pelos. Al menos sabía lo que era un átomo, lo que era una molécula.
Miraba Dexter. Quería ser como Dexter: tener un laboratorio secreto y hacer experimentos con todo tipo de cosas. Y el laboratorio no podía estar compuesto de libros nomás. Tenía que tener cierta estética. ¿Qué hice? Boludeces, a saber: 1) agarré dos cables y muchos escarbadientes, y fabriqué una especie de ADN, 2) compré pelotitas de telgopor o como se escriba y, uniéndolas de nuevo con los escarbadientes, hice el cloruro de sodio (que todavía lo tengo, medio roto), 3) maté un pobre abejorro y lo disequé con formol, le clavé un alfiler.
En fin, mi laboratorio iba adquiriendo estilo. Hasta que un día me di cuenta que todo lo que estaba haciendo no tenía una base sólida, es decir, si algún día venía un científico y me empezaba a preguntar cosas específicas, iba a responder como el culo porque en el fondo sabía poco y nada de todo lo que hacía. Si había algún fin, era lúdico, calculo. Me decepcioné, y me refugié en novelas que andaban pululando por mi casa... y así conocí esta mierda que me vuelve tan loco.
¿A qué voy con todo esto? La relación entre ciencia y arte. Veo ambas cosas ligadas, ya que no perdí del todo mi "pasión" por la primera. Y por eso quiero colgar, primero, una foto que describe gráficamente lo que estoy diciendo, y segundo, un documental sobre uno de mis ídolos... Con ustedes, Albert Einstein:
Dejame de joder, no podés ser tan groso...
La teoría de la relatividad.
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