Hace unas semanas terminé una recopilación de cuentos del Premio Nobel, y me encontré con una realidad completamente distinta. Con una visión desesperanzada, con el alcohol, con una prosa seca. Con personajes vulgares. Y me encantó.
Cuelgo un diálogo extraído de El vendaval de tres días, donde aparece Nick Adams, su alter ego. Resume bastante la literatura de Hemingway.
Ahí va:
"-¿Cómo está tu padre? -preguntó Nick.
-Está bien - dijo Bill-. A veces se le va un poco la cabeza.
-Es un buen tipo -dijo Nick. Se puso agua en el vaso y la mezcló lentamente con el whisky. Había más whisky que agua.
-Puedes estar seguro de que sí -dijo Bill.
-Mi viejo también es un buen tío -dijo Nick.
-Ya lo puedes decir -dijo Bill.
-Dice que nunca ha tomado una copa en su vida -afirmó Nick, como si anunciara un hecho científico.
-Bueno, es médico. Mi viejo es pintor. Es diferente.
-Se ha perdido muchas cosas -dijo Nick con tristeza.
-Nunca se sabe -dijo Bill-. Todo tiene sus contrapartidas.
-Es él el que dice que se ha perdido muchas cosas -confesó Nick.
-Bueno, mi padre lo ha pasado mal -dijo Bill.
-Todo tiene sus compensaciones -dijo Nick.
Se quedaron mirando el fuego y meditando esa profunda verdad."
Biblioteca de Ernest Hemingway.
La única vez que lo vemos amigable con los animales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario